5.7.08

Los efectos de la publicidad ( II )

De otra parte me gustaría hablar del efecto de la publicidad para el que no fue pensada. Es decir, la influencia de los anuncios que llegan más allá de lo que su autor pretendía. Con lo cual observamos un efecto curioso a tener en cuenta para evitar consecuencias nefastas. En relación a esta consideración monolítica de la publicidad existen tres grandes posicionamientos teóricos:

1. Posición ético-crítica
Esta corriente divide a su vez los esfuerzos en dos posturas la idea de que la publicidad crea falsas necesidades y la primacía de los objetos sobre el de los sujetos. La primera es la clásica crítica que se le hace a la publicidad de hacer creer al consumidor que necesita el producto que ésta vende y por tanto debería de adquirirlo para ser un poco mejor persona, sentirse más joven, ser más admirado socialmente y en definitiva ser más feliz que antes de tener ese producto. Lógicamente toda esta fantasía que le hace creer la publicidad al consumidor es mentira pero generalmente las personas acostumbradas ya al consumismo preferimos creérnoslo porque es más satisfactorio aparentemente. Además el hecho de elegir las marcas y productos que consumimos nos hace pensar que somos libres y que nosotros somos los que tenemos la sartén por el mango. Pero nada más lejos de la realidad porque son las empresas las que elijen y es más, para nada somos libres puesto que cada vez que escogemos estamos dejando algo sin elegir, tenemos un coste de oportunidad que siempre perdemos con lo cual el concepto de libertad empieza a flaquear.


Por otra parte debemos tener en cuenta que todas esas necesidades creadas, a medida que la sociedad se va a convirtiendo y va evolucionando hacia la opulencia, éstas se van modificando, cada vez se requieren más necesidades. El límite de estas necesidades parece no tener fin ya que una vez están cubiertas unas ya han aparecido otras tantas que hay que satisfacer, es el cuento de nunca acabar.
En lo que respecta al segundo aspecto de este apartado que es la primacía de los objetos frente a los sujetos. El fetichismo de los objetos a los que se les atribuye más valor que a cualquier otra cosa consiste en despojarles de su valor y significación real y atribuirles cualquier significación y valor simbólico que sirva para ocultar lo real por lo imaginario. El capitalismo es el sistema que ha facilitado esta situación ya que se basa en la propiedad privada, la gente es animada a pensar en sí misma y en sus mundos privados. El hecho de poseer cosas parece que es sinónimo de felicidad, que sin ellas la vida está destinada a ser desgraciada e inútil, pero está comprobado que incluso en los países más pobres hay un porcentaje similar de personas felices al de los países ricos. El materialismo de desear tenerlo todo es una actitud inmadura pero que funciona muy bien para la publicidad.


dos dedos de luces

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