Yo no quiero contar nada (Tercera parte)

El Chico Z pisa fuerte un charco y chisca a alguien, recibe reprimendas


El hecho de mojar a alguien no significa que pueda enfadarse, pero lo hace porque se supone que lo educado es no mojar a nadie, que lo que tienes que hacer es avergonzarte por haberlo hecho y no volver a repetirlo.
Esto va muy relacionado con el mundo de la imagen y los derechos y deberes, dos temas que aunque aparentemente no guardan demasiada relación pueden explicarnos juntos bastante facetas del carácter de las personas de este planeta.
Por ejemplo la señora del charco es una señora muy respetable con su familia y amigos, no le gusta que le digan lo que tiene que hacer y es muy exquisita a la hora de escoger su ropa y maquillaje, la imagen es muy importante para ella, es de la jet-set del lugar. Una trayectoria intachable, ayuda en el barrio y es bastante feliz según su criterio.


Hace un momento he llegado yo y le estropeado ese universo de felicidad, le he estropeado la imagen, su higiene forma parte de esa imagen maravillosa que tanto esfuerzo le ha costado conseguir, Tiene derecho a enfadarse y a indignarse conmigo, tiene el deber de hacerme saber que eso que he hecho no ha estado bien para ella que no es justo que haya pagado 300 euros por esos trapos para que venga yo y se los manche haciendo uso de mi libertad personal de pisar charcos. Yo por mi parte pienso que la imagen es importante pero no lo suficiente como para impedirme manchar mis ropas. Tengo derecho a mojarme si quiero y tengo el deber de no mojar a los demás pero, qué queréis hoy me he levantado con el mundo en contra.

tengo examen y acto de graduación, veremos qué pasa