3.6.08

El poder y la influencia de la publicidad

La publicidad es una forma de comunicación basada en la manipulación. El discurso que ha creado para enviar su mensaje está pensado para convencer y atraer al consumidor. Es tal el poder de convicción de este tipo de lenguaje que otros ámbitos de la sociedad ya lo han adoptado como propio, hasta tal punto que, actualmente, podemos hablar de un mundo dirigido por los medios. Por consiguiente las que mandan son las multinacionales que controlan dichos medios. Las empresas son los mandatarios reales en todo este sistema de supuesta libertad que hemos creado.

Son esas empresas las que deciden lo que vamos a comer hoy, el pantalón que nos vamos a poner, el desodorante que nos vamos a echar, hasta el felpudo que vamos a pisar. Porque ellas nos han dado todo lo que tenemos y nos han enseñado lo que sabemos y somos. Como no podemos escapar a otro planeta (Marte por ejemplo, como hace Calvin en sus historietas) por ahora, nos tenemos que resignar a vivir con ello e intentar salvar una pequeña porción de independencia. Ciertamente es bastante angustioso pensar que haya alguien que decida por nosotros y que además se esté enriqueciendo a nuestra costa.

Los anuncios crean las necesidades que nunca antes habíamos tenido para que consumamos sus productos, prometiéndonos que nuestra vida será mejor así, que alcanzaremos la felicidad. Realmente las personas estamos ya condenadas a creer en la publicidad desde pequeños porque ya hemos nacido en este sistema. Todo el mundo busca las respuestas a las grandes preguntas que teóricamente nos llevarían a la felicidad plena y a la realización personal, la sociedad del consumo responde lógicamente con consumo. Necesitamos consumir para vivir, no conocemos otra forma de vida, por ello somos tan sumisos a la publicidad y a los medios. Nos creemos relativamente lo que dicen, pero al fin y al cabo nos lo creemos porque no tenemos otra alternativa. La publicidad se aprovecha de esa inseguridad y situación de inferioridad que tenemos las personas con respecto a los medios de comunicación. Y eso que los adultos se supone que ya tenemos cierto criterio como para elegir y discernir lo que nos conviene y lo que no, sin embargo yo no estoy tan seguro de que tengamos opciones reales. Es decir, nosotros escogemos por ejemplo si ver o la televisión o encender la radio o conectarnos a Internet. Pero al fin y al cabo tenemos que escoger un medio si es que queremos enterarnos de algo de lo que pasa en el mundo, ya estamos siendo dirigidos por una ideología o línea editorial del medio en cuestión que hayamos escogido. Así que la opción de un medio objetivo e imparcial no existe por lo que sobre la mesa no están todas las posibilidades.

Por otro lado están las campañas dirigidas a niños. Este tema es una crítica clásica al mundo publicitario ya que, independientemente de los temas legales, no está bien visto que se engatuse a los menores; ya que se supone que son mucho más influenciables que el resto. Pienso que en este sentido los anunciantes siempre están en la cuerda floja que separa lo que está bien y lo que está mal, ya que saben de sobra que les conviene convencer a los pequeños de la casa. Hay estudios que dicen que los niños intervienen en un alto porcentaje de las decisiones de compra de las familias, algo lógico puesto que los padres generalmente intentan agradar a sus hijos lo más posible por eso que denominan “cariño”. Mi parecer es que, aunque este tema es importante, deberíamos considerar la influencia de la publicidad de manera mucho más global porque controlando la publicidad dirigida a niños no estamos fijándonos en toda la publicidad que ven los niños. La realidad es que los menores están expuestos a mensajes publicitarios, al igual que el resto, durante todo el día y la mayor parte no van dirigidos a ellos. Ahora la pregunta es: ¿qué podemos hacer?, porque podríamos quitar toda la publicidad a la que pudiesen estar expuestos los niños pero sería eliminarla casi por completo con lo cual no es una opción. Pienso que la educación es la única vía para conseguir una mínima independencia, como ya decíamos antes, de pensamiento crítico frente a los medios. Para ello se debería enseñar en los colegios e institutos de manera seria y efectiva. Lo cual me recuerda otro tema relacionado con el intrusismo de la publicidad en la vida privada que es el patrocinio de escuelas y material escolar. Esta situación se vive sobretodo en países menos desarrollados donde son las grandes empresas privadas las que pagan el material a los alumnos para que puedan ir a clase y estudiar. Esta situación es peliaguda pero pese a quien pese no se debería permitir que patrocinasen sus marcas en estos proyectos. En todo caso podrían anunciar a sus clientes y accionistas respectivos el hecho de que están realizando esas campañas de ayuda pero no creo que usar esas campañas como soportes publicitarios sea lo más correcto. El problema reside en que dichas empresas gastan millones en esos proyectos y quieren obtener beneficios consistentes por lo que si se prohibiese lo que ya he explicado posiblemente desestimarían el llevarlos a cabo. La cuestión en este caso es si merece la pena aguantar la publicidad para que los niños tengan acceso a la educación o se debe intentar por otros medios. Supongo que cada situación será diferente, habrá sitios donde no haya una segunda opción, pero pienso que una educación condicionada aún más que la del resto nunca es buena.

Decía una canción que:“Tanto tienes, tanto vales”, un estribillo muy ilustrativo de la visión actual de la persona. Este tipo de conceptos y similares son los que a diario nos bombardean desde todos los medios de comunicación y en general desde todos los medios posibles, ya que otra característica de la publicidad hoy día es que no tiene límites. Toda excusa es buena para patrocinar o subvencionar algo con la consiguiente promoción que eso conlleva camuflándose en acciones sociales que escondan su verdadera intención.

Me gustaría hablar ahora de los soportes ilimitados de la publicidad, aquí sí que tenemos un universo entero en el que se explora e intenta definir cuáles son los que mejor llegan al público. Por lo que nosotros mismos como público siempre estamos expuestos de una manera o de otra. Asusta un poco darse cuenta de que no hay barreras en este sentido, o al menos no las hay hasta que se usa un soporte y al cabo de un tiempo se ve que es peligroso, perjudicial, nocivo, etc. Pero por otra parte es una de las maravillas de este mundo, ya que bien pensado se podría llegar a realizar una publicidad respetuosa a la par que efectiva y de calidad. A decir verdad esto último suena algo utópico pero necesito creer que el camino que vamos a seguir es para mejorarla con cabeza y no para desvirtuar la mentalidad de la sociedad y hacerla aún más adicta al consumo y las marcas. La invención de nuevos soportes o la reinvención de los ya obsoletos tiene riesgos para todos, no sólo para el público sino también para la empresa que lo implementa ya que en caso de que sea rechazado supone un golpe muy duro para el anunciante. Por lo que tampoco podemos temer que las empresas se vuelvan locas y empiecen a poner anuncios en todas las cosas de la vida, aunque hacen lo que pueden en este sentido. Estoy recordando ahora mismo una conversación que tuve con un amigo informático que decía que se imaginaba en el futuro publicidad en el agua del grifo, algo así como un mensaje que cae antes que el agua donde pondría el nombre de la empresa que patrocinase esa traída de aguas. A nosotros nos pareció gracioso en el momento pero pensándolo bien suena horrible porque si llegásemos a esa situación de que hasta el agua del grifo viene patrocinada es que ya vendrían etiquetados hasta los recién nacidos.

En definitiva estoy bastante de acuerdo con la experimentación con nuevos soportes pero siempre con un cierto control para evitar el intrusismo exagerado e innecesario que a veces hacen presagiar ciertas campañas.

Volviendo al concepto de la publicidad como sistema de la sociedad basado en la libertad, tengo que decir que esto es una contradicción. La publicidad alimenta el sistema porque es perfecto para ella. Los publicistas han sabido enfocar nuestras vidas como un continuo acto consumista, eso sí ejerciendo nuestra libertad de escoger lo que queremos consumir. Algo ciertamente triste ya que nuestro criterio a la hora de consumir son las marcas y no lo que nos aporta el producto o servicio al fin y al cabo. Relacionado con esto he encontrado una imagen en Internet bastante ilustrativa. (véase Ilustración 1)

Ilustración 1

Como se puede ver en la imagen nada más levantarnos ya estamos influenciados por el poder de las marcas. Las empresas controlan lo que hacemos, lo que nos gusta y lo que nos gustaría y aprovechándose de esa información se enriquecen. Para ser sincero es algo a lo que, como todos, estoy acostumbrado y no me quita demasiado el sueño, pero pienso que, yo mismo, debería ser más crítico.

La explicación de esta actitud es que la publicidad ha conseguido introducirse en la conciencia social. La asumimos y nos conformamos, pero es algo que no podemos evitar del todo.

La verdad es que a veces me pregunto si sería posible un mundo sin publicidad pero ahora mismo estamos demasiado envueltos en ella. Así que lo único que nos queda es tratar de comprenderla y controlarla para que ella no nos controle a nosotros.

Un tema importante es la publicidad engañosa dentro de todas las críticas que se le hacen. Habla en uno de los artículos de las nuevas tendencias de usar los sentidos de las personas de una manera completamente nueva. Sobretodo el tacto y el olfato que no habían encontrado el modo de que fuesen útiles para realizar campañas de productos. Sin embargo ahora sí que empiezan a resultar atractivos ya que son muy difíciles de definir como publicidad engañosa, ya que no está tan claro como con los anuncios tradicionales. Por ejemplo que una pieza de fruta huela bien y fresca se puede manipular muy fácilmente pero es muy difícil comprobar cuáles han sido manipuladas y cuáles no. Esto abre todo un campo de posibilidades que como siempre acongoja un poco, dado que se escapa del control que podemos abarcar. En este aspecto soy bastante pesimista y pienso que poco a poco se van a perder todos los productos tradicionales sin remedio alguno, podemos pensar que podríamos llegar a controlar esta situación pero al final la rentabilidad de vender unas manzanas malas por el precio de las mejores desestabiliza cualquier balanza. Desde la perspectiva ética es un engaño claro está, pero veo complicada la solución más allá de intentar concienciar a los empresarios de que los beneficios no lo son todo.

Ilustración 2

Lo cierto es que tener la opción de engañar y sacar provecho de ello es algo rastrero pero al mismo tiempo demasiado humano. Un enfoque parecido es el que inspira la publicidad subliminal, que intenta persuadir sin que el público sea consciente. Exactamente lo mismo que en el ejemplo de las manzanas de antes. Legalmente está prohibido y este tipo de publicidad en concreto tampoco está probado que funcione pero aún así se siguen dando casos.

Por último voy a hablar de la publicidad como producto. Como no teníamos bastante también consumimos publicidad motu proprio. Gracias a las modas como el pop, la tendencias “retro” y el continuo bombardeo de los mensajes de las marcas. Nos hemos enamorado de las mismas, somos como somos gracias a nuestras marcas. Se puede decir que identificamos nuestra individualidad a través de las marcas.

Vemos incluso publicidad como una forma de expresión artística y cierto es que en ocasiones es así. Lo cual hace que dichas marcas se consideren algo mucho más importante que productos o servicios, son nuestras señas de identidad.

Esta es otra de las rezones por las que somos tan dependientes de la publicidad y del consumo, perdemos la independencia porque nosotros queremos, al final va a ser que nos gusta que piensen por nosotros. Que nos digan lo que tenemos que hacer, tenemos una especie de complejo de inferioridad ante el mundo y todo lo que existe que necesitamos estar seguro de lo que hacemos y usamos. Qué mejo manera de asegurarnos que hacer lo que hace todo el mundo o hacer lo que dicen que no hace nadie aunque no sea cierto..

La publicidad se apodera cada

vez más y más de nuestra vida y su progresión

va en aumento sin que

ninguno podamos detenerla.


mañana examen, deseadme suerte..

3 comentarios:

nico dijo...

te has quedao a gusto eh muchacho?

a mí de momento ya me han creao la necesidad del iphone...

...y me encanta

El Chico de Ayer dijo...

¡uf, uf, uf! casi no me llega el aire al llegar hasta abajo.. es casi peor que hacer una bombilla...

lo más inquietante de todo es que te consideres un adulto:
“Y eso que los adultos se supone que ya tenemos cierto criterio ”

¿la canción es de El Último de la Fila?

¡Cuánto aprendo de ti Joako!

Juan Carlos dijo...

Hola vecino de blog. Ya era hora de que abandonaras el pecaminoso camino del fotoesfinter y te rebautizaras como dios manda. m

Besitos.

PD: hay habitas libres, if you need...