3.9.09

Oviedo

El ritmo de la calle envuelve mi habitación. Balanceo mi cabeza sin poder evitarlo, mi espíritu bailón necesita mostrarse de vez en cuando. Sin embargo hay una parte de mí que no se mueve. Hace una hora tuve que ir a hacer reparaciones de mi maquina de mascar.
El dolor empezó hace un par de semanas. La mitad femenina de mis progenitores me dijo: "Hijo deberías mirarte eso". Así que cogí el coche y me fui para Oviedo. Dado que me encontraba en Hontoria. Y antes de eso estaba de viaje, menos mal que toda esta penuria no ocurrió mientras viajaba.
La rubia europea casi nórdica me acompañó en mi éxodo de dolor y sufrimiento. El nerviosismo me embargaba. No sabía que me pasaba. Algunos dicen que el desconocimiento es el secreto para la verdadera felicidad. Pero esta idea se contrapone totalmente a esa necesidad innata de saber lo que hay detrás de la puerta número 3.
Llegamos a Oviedo, quedaban sólo unas horas para saber qué estaba pasando en mis machacantes. Pero todavía teníamos otros planes que llevar a cabo en la capital. Nuestros queridos amigos Hontorianos afincados en Lugo de Llanera y Colloto querían promover un encuentro.
El Molinón fue el lugar escogido por la poseedora de una viola de gamba. Allí tomamos unos vinos Con Chí y una fan de Les Camisetes. Una velada de reencuentro y rememoramiento de andanzas y desventuras de sus protagonistas, es decir, nosotros. El último jugador en incorporarse a la mesa fue el primo de la poseedora del instrumento antedicho.
Tomamos un refrigerio con tinte italiano y redonda forma en La Competencia. Al menos el dolor lo había olvidado por un tiempo, porque no olvidemos que nuestra misión principal era mitigar el calvario que estaba sufriendo casi en silencio.
Ding dong, llamo a la puerta-- "Sí pase por aquí, puedes sentarte ahí y ahora te llamamos". Yo, muy obediente, accedo y me siento. "Belén Esteban desmiente no sé qué..", "Zapatero reparte 400 euros a los parados a partir de.." No veo ninguna lectura interesante a mi alrededor. Además no estoy seguri si por el hecho de estar a punto de saberlo todo pero el dolor se había agudizado.
"Joaquín ya puedes pasar. Al fondo a la izquierda" Obviamente porque a la derecha esta el baño seguro. "Siéntate y espera hasta que venga el Doctor Cabeza". ¿Doctor Cabeza? ¿Perdón? ¡Qué visión más curiosa se apoderó de mi mente al imaginar todos los conceptos que relacionba con el apellido de mi querido salvador.
"Hola, ¿cómo estás?" Bien, bien, dije yo aparentando serenidad. "¿Tú estabas en Madrid verdad? ¿Qué hacías? "Publicidad y RRPP, pero terminé en Febrero". "¡Ah sí..! Bueno vamos a ver que tenemos por aquí".


Las de abajo son las que me molestan mucho. Un dolor que va y viene como los centollos, unos meses sí y otros no. "Vaya pues va haber que estirparlas. Además.., Mari Carmen: ¿Hace cuanto que no le hacemos una limpieza?" "Uhm.. hace ya algo más de un año." "Pues dale hora para la limpieza y apunta una perforación en la 47".
Informado pero igual de dolido. Así es como me encontraba tras la visita. Por lo que decidí que hasta la siguiente cita necesitaba olvidarme del dolor.
"Hey Pata, ¿estás por Oviedo? ¿En el Paragüas a las 21:30? Hecho"
Noche de copas locas con Pata, Mini (que se retiró pronto), Clarissa, Ilemí y demás fauna que nos encontramos durante la cacería.


¡Ay! ¡Y el catorce me quitan las muelas del juicio!

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