Buenas tardes amigos:
Hace unas pocas horas estaba en una comida familiar en el Hotel Ramiro I de Oviedo con motivo de celebrar el 80º cumpleaños de mi abuela Carmen. Nos hemos juntado 38 miembros de la gran familia que somos los Saro. Lo cierto es que la cmida estuvo muy bien, siempre es agradable reencontrarte con familiares que hace tiempo que no ves, que no sabes nada de ellos; bueno lo cierto es que aquellos de los que no sabes nada ni ellos saben nada de tí generalmente terminas marchando de la comida sin que el reparto de conocimiento mútuo sea mucho mayo al momento ulterior a la comida o evento social.
La cuestión es que da la casualidad de que en contra de la alegría que nos da la buena salud de nuestra abuela que ha conseguido llegar tan sana a la ochentena, la vida nos da algunos bandazos por otro lado. Tampoco quiero especificar, ni poner nombres, ni daros motivos para sentiros tristes porque el público que léeis esto sois totalmente ajeno a lo que estoy relatando. Sólo que necesito escribir un poco sobre el tema para relajarme y obligarme a reflexionar sobre ello.
Muertes, varias muertes últimamente muy cercanas en la familia, también enfermedades bastante graves, en fin un panorama quizás poco propicio para celebrar una fiesta. Sin embargo estoy contento de haber celebrado el cumpleaños, porque en el fondo lo que realmente importa aquí es lo que hacemos aquí. Obviamente cuando hablo de aquí es de la muerte hacia acá, de la vida, la no muerte.
Además todo este tema de la muerte y el destino y el futuro me está provocando bastantes quebraderos de cabeza últmamente, creo yo que provocados por haber terminado la carrera y estar sin un rumbo u objetivo fijo realmente.
Yo creo que necesito pensar, pensar mucho más, meditar y esperar; pero seleccionando porque sino creo que me voy a volver loco.
..no es más que una historia, dame los hechos...